lunes, 18 de marzo de 2013

NADAL DE ASOMBRO EN ASOMBO




Nadal, de asombro en asombro

El español remonta ante Del Potro, logra su primer título sobre cemento desde 2010 y su victoria 600, recupera el número cuatro y renuncia a Miami para centrarse en la arcilla




Abran paso, pongan la alfombra roja, Rafael Nadal está de vuelta. Arde la pista y quema la pelota. Juan Martín del Potro pega y pega, revienta la bola, golpea como si cada tiro fuera la bala de la que depende su vida. Nadal acude al encuentro de esos disparos a pecho descubierto. Primero manda, luego sufre y domina finalmente el tío vivo de la final de Indian Wells para remontar 4-6, 6-3 y 6-4, alzar su primer título sobre cemento desde 2010 (Tokio), celebrar su victoria 600, recuperar el número cuatro del mundo y gritar alto y claro un mensaje a los cuatro vientos: he vuelto. A falta de la prueba de Novak Djokovic, el número uno mundial, el mallorquín ha cerrado su vuelta al circuito con resultados impensables. Tras siete meses lesionado con una rotura parcial de ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda, suma tres trofeos, una final y cuatro victorias sobre top-10 (Federer, Ferrer, Del Potro y Berdych) desde febrero. Asombroso.





Para llegar hasta ahí, Nadal primero tiene que domar al número siete mundial. El gigante es un maestro del escapismo. Esto es la final de Indian Wells y Nadal domina 3-0 y doble bola de break para 4-0 y saque frente a Del Potro. Los golpes del español son un látigo en la espalda del argentino, que se pasea cabizbajo, castigado y maniatado, sin dictado en el partido. Nadal revienta la pelota. Enseña los colmillos, el puño, pone su aura de campeón sobre la mesa. El español juega por el centro, evitando los ángulos para negarle a Delpo la posibilidad de armar sus tremendos golpes cruzados. Llegan entonces esas dos bolas de breakdesaprovechadas. 





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